«Los efectos del tiempo, visibles e invisibles…» (El jilguero. Donna Tartt)
Imperdonable, lo sé, pero hasta ahora nunca había elaborado ni probado las tradicionales torrijas de leche, un postre de Semana Santa típico de muchos lugares de nuestra geografía…menos de Ibiza.
Como me gustan las cosas bien hechas, decidí no usar una «simple» barra de pan y empecé preparando un pan especial para torrijas, con una miga densa que queda genial después de sumergirla en leche. La receta de torrijas que seguí fue la de Alfonso (aunque prescindiendo del Oporto), porque está muy bien explicada, también con un vídeo, y porque me «medio retó» a probarlas cuando le confesé que no las había hecho nunca. Nos encantaron a todos, así que a partir de ahora las incorporo a mi recetario de Semana Santa, junto al cuinat, el flaó, los rubiols i las empanadas.
TORRIJAS DE LECHE
Ingredientes:
-1 barra de pan del día anterior o un pan para torrijas
-1 l de leche entera
-3 huevos
-1 rama de canela
-la piel de un limón
-azúcar
-canela molida.
-aceite de oliva virgen extra suave
Preparación:
La víspera anterior hervimos la leche con la rama de canela y la piel de limón y la dejamos infusionar toda la noche. Al día siguiente, la colamos y la ponemos en un recipiente ancho y hondo.
Cortamos el pan en rebanadas gruesas. Batimos los huevos hasta que espumen un poco, añadimos dos cucharadas de la leche infusionada y volvemos a batir. Ponemos una sartén con el aceite y calentamos a fuego medio.
Mientras se calienta el aceite bañamos las rebanadas de pan en la leche infusionada. Les damos la vuelta para que se impregnen bien, pero que no chorreen, y las pasamos por el huevo batido que ya tenemos preparado. De ahí directamente a la sartén con el aceite bien caliente.
Freímos las torrijas por los dos lados hasta que estén doradas, ayudándonos de un tenedor para darles la vuelta. A medida que las vayamos sacando, las colocamos en un plato con papel de cocina, para que absorban el exceso de aceite.
Llenamos un recipiente ancho con azúcar y canela en polvo (unas dos cucharaditas de canela en polvo por cada 100 g de azúcar) y mezclamos bien con un tenedor. Rebozamos las torrijas en esa mezcla, insistiendo para que se impregnen bien.
Las podemos servir a temperatura ambiente o frías, están mejor de un día para otro pues así sudan un poco y se recubren de una deliciosa capa de almíbar.
Tot un clàssic! Però amb el pà especial fet a casa, això es fer les coses ben fetes!
La propera vegada hauré de preparar-les d'aquesta manera tot i que no sigui per setmana, santa!
Petons i bon cap de setmana,
Palmira
M. José, yo tampoco las he hecho nunca y es que en casa siempre hago la Sara. Es como una institución.
Besos y que paséis buenos días.
Pero bueno!!!! Si lo llrgo a saber os pongo a torrijear el mes pasado!!!! Me alegro que te hayn gusyado porque dan mucho juego!!!! Bsss
Pero bueno!!!! Si lo llrgo a saber os pongo a torrijear el mes pasado!!!! Me alegro que te hayn gusyado porque dan mucho juego!!!! Bsss
Si las torrijas suelen estar ricas, me imagino con pan de torrijas. No debió quedar ni una. Un besote!
A mi, aixó, m'enamora XXL 🙂