«Cada vez que te sientas extraviada, confusa, piensa en los árboles, recuerda su manera de crecer. Recuerda que un árbol de gran copa y pocas raíces es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular la savia. Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas: sólo así podrás ofrecer sombra y reparo, sólo así al llegar la estación apropiada podrás cubrirte de flores y de frutos. Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad que respiraste el día que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aun. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve» (Donde el corazón te lleve. Susanna Tamaro)
Creo que deberíamos escuchar más nuestro corazón, prestar atención a las corazonadas que nos asaltan aunque contradigan nuestros pensamientos…a veces es necesario dejarse llevar por la intuición y no por la razón…leí este libro hace años, pero la reseña con la que empiezo mi entrada de hoy la he releído muchas veces…
Hacía mucho tiempo que tenía ganas de preparar marmitako y si llego a saber que es un plato tan delicioso seguro que me hubiera animado antes. Este guiso de pescado es tradicional del País Vasco y originariamente se elaboraba en una marmita de metal (de ahí deriva su nombre) a bordo de los barcos que pescaban atún a lo largo del Cantábrico. En Ibiza también tenemos muchos platos de tradición marinera, como el guiso de cabracho o la burrida de raya, que son muy típicos y que no hay que dejar que se pierdan.
MARMITAKO
Ingredientes:
-600 g de atún
-4 patatas peladas y cortadas en trozos como de un bocado
-1 cebolla
-1 pimiento verde
-1 pimiento rojo
-2 pimientos choriceros
-1 tomate
-1 hoja de laurel
-1 vaso de vino
-sal y aceite
-agua
Preparación:
Comenzamos cociendo las espinas y la piel del atún para hacer un caldo flojo y lo reservamos. Después, rehidratamos los pimientos choriceros poniéndolos en un bol y echándoles por encima agua hirviendo. En una cazuela, sofreímos todas las verduras cortadas en brunoise. Cuando veamos que están bien pochadas, añadimos la carne de pimiento choricero y las patatas y dejamos que se doren durante unos cinco minutos.
Añadimos el vino blanco removiendo hasta que evapore el alcohol y agregamos el laurel, sal, el caldo flojo que hicimos con la piel y las espinas, previamente colado, y agua suficiente, si es necesario, para cubrirlo todo. Lo dejamos cocer a fuego lento hasta que las patatas estén bien tiernas, agitando la cazuela de vez en cuando, y cuando podamos partirlas con el dorso de la cuchara, apagamos el fuego.
Agregamos los trozos de atún bien limpios (de bocado), tapamos y dejamos que se cocinen con el calor remanente para que el marmitako quede bien jugoso. Tapamos la cacerola y esperamos cinco minutos antes de servir para que el atún quede en su punto.
Me gusta mucho la reseña con la que empiezas el post, tienes mucha razón en que deberíamos escuchar más a nuestro corazón, la marmitako se ve muy muy rico, desde luego sólo con verlo ya apetece sentarse a la mesa con un buen plato de el,besos
bonisim es la recepta que mes me agrada cuinar amb l'atun o inclus en bonito vaermell . exquisita evegades no li poso fi tan sols fumet. delicios maria jose . besades
Istupenda rreseta!!!