“Aquellos años yo lo tenía todo. Y es mucho más de lo que tienen algunos. Algunos no lo tienen nunca” (La senda oscura. Asa Larsson)
Visité Asturias con mis padres y mis hermanas cuando tenía dieciocho años. Hay que vivir en una isla para saber qué significa emprender un viaje en coche desde aquí, pues primero hay que llegar a la península en barco y después atravesarla con el coche hasta llegar al destino ¿Sabéis qué distancia hay de Ibiza a Asturias? yo no tengo ni idea, pero son muchos kilómetros los que las separan, algo así como emprender una pequeña aventura. Recuerdo ese viaje con mucho cariño, nos lo pasamos muy bien los cinco (ahora parece mentira que fuéramos tan pocos, pues entre maridos e hijos nos hemos multiplicado por tres), comimos estupendamente y vimos preciosos paisajes, pueblos y ciudades. Creo que es un viaje para repetir, seguro que a mis hijos les gustaría mucho y de paso podría aprovechar para visitar a mi amiga Esther, de quien he tomado esta deliciosa receta.
Por ella sé que la historia de este mantecado se remonta al siglo XVII, cuando bollos hechos con harina de trigo, manteca de vaca, huevos y azúcar formaban parte del equipaje de los emigrantes asturianos dispuestos a hacer las Américas. Con el paso de los años ese bollo evolucionó hacia este mantecado imperial, y actualmente es costumbre que los padrinos se lo regalen a sus hijos en Pascua. Tradicionalmente se hornea en un molde en forma de cruz, pero ya en casi todas las pastelerías y fuera de las fechas de pascua, se hace en un molde alargado de plum cake. Así es como lo he hecho yo.
Si os gustan los bizcochos aquí podéis ver todos los que he hecho.
Mantecado imperial de Avilés
Ingredientes:
-4 huevos pesados con su cáscara a temperatura ambiente
-la misma cantidad de mantequilla de muy alta calidad o manteca de vaca casera
-la misma cantidad de azúcar
-la misma cantidad de harina
-200 g de azúcar glas para el glaseado
Preparación:
Es muy importante que los huevos estén a temperatura ambiente, para que al batirlos con la mantequilla esta no se corte. Comenzamos derritiendo en un cazo la manteca y la cocemos durante diez minutos a fuego suave, la colamos en un bol y la dejamos enfriar hasta que esté a temperatura ambiente. Engrasamos con mantequilla un molde alargado y precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo.
Con la batidora de varillas, batimos los huevos con el azúcar hasta que tripliquen su volumen y blanqueen. Añadimos la mantequilla a temperatura ambiente y batimos bien hasta que quede todo integrado.
Echamos la harina tamizada y removemos con una cuchara de madera despacio hasta que no queden grumos. Vertemos la mezcla en el molde y horneamos de cincuenta minutos a una hora o hasta que pinchando con un pal. Dejar enfriar.
Para hacer la glasa, echamos azúcar glas en un bol, vamos añadiendo agua y removiendo con una espátula de silicona hasta que veamos que tiene textura de crema ligera. La metemos un minutos en el microondas hasta que se ponga transparente, y vertemos por encima del mantecado cuando este haya enfriado totalmente. Dejamos secar.
ohhhh este mntecado esta de muerte¡¡¡
besos crisylaura
bonissim !!!
salutacions
Rosa
María Jose, de morir, jajaj una asturiana, bssss
Si tuviera manteca casera ya lo hacia ahora mismo, es que esa manteca es extraordinaria mi suegra la hacia en casa y ese sabor nunca lo olvidare. El aspecto es de lo mas bueno bssss